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Si intentara recordar lo mas lejano de su pasado, sería una linda casita de madera, con algunas fotos sin relevancia y una alfombra amarilla que chocaba con el horrible color rojo tierra de las paredes. No había rostros ni voces, ni sabores favoritos o juegos de niños.

Rawiya decidió dejar de pensar en esa escena hace tiempo. Así que si alguien le preguntara por su recuerdo mas antiguo, diría que fue el día en que tuvo que abrir las piernas lo mas que pudo para que el hombre que pagó por él pudiera divertirse un rato.

Y como ese hombre, hubieron muchos mas. Al principio las lágrimas eran parte del ritual, pero su Dueño (al menos, así se hacía llamar) decidió darle un libro a cambio de que callara. Y en esas páginas encontró una muralla para su corazón.

Cliente tras cliente, libro tras libro... Después de unos años, lo que adornaba su rostro eran sonrisas coquetas y miradas incitantes mientras cumplía con su trabajo. Algunas veces tan solo deseaba acabar pronto y ver desaparecer a la persona, pero otras... otras podía ver mas allá de la piel sudorosa y la mirada hambrienta. En esas ocasiones les pedía que le regalaran su libro favorito.

Quizá no era una verdadera habilidad, pero Rawiya encontró que podía aprender mucho de una persona por las páginas que leía. Y eso comenzó a ser un problema para su Dueño.

Lo que Rawiya recuerda de la noche de su cumpleaños numero quince es borroso, pero sabe que por primera vez en años se defendió contra su Dueño, quien quería disfrutar su cuerpo como muchos otros. Recuerda rojo, rojo como las paredes de esa casa sin importancia. Recuerda agua y la aterradora sensación de ahogarse.

Su Despertar ocurrió en ese justo momento. Aquella dulce voz que le hablaba en susurros, en ningún idioma que él pudiera entender. De las opciones ante él, Rawiya eligió la Espada, aún sin saber por qué. Al final, la voz se manifestó ante él como el arma que dependía de la fuerza de su corazón: la Keyblade.

De esa noche, lo último que recuerda son los labios del Maestro Derne, quien intentaba revivirlo a como diera lugar... pero prefiere decir que ese momento esta perdido en su memoria.

Derne lo toma como su alumno y protegido, y Rawiya no puede estar mas feliz por el cambio tan profundo en su vida. Aunque de vez en cuando su extensa biblioteca aumenta un libro más, su mente esta dirigida en aprender los secretos de la Keyblade y volverse un Maestro en su momento.

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Rawiya tiene un caracter muy juguetón y un humor un tanto negro, pero es muy serio y disciplinado en cuanto a su entrenamiento se refiere. Se sabe atractivo y abusa de ello la mitad del tiempo. Adora incomodar a las personas y observar sus reacciones, sabiendo que a una persona la conoces por sus malos ratos y no por sus buenos momentos. Tiene una mente muy abierta y no considera tabú casi nada, debido a su previo estilo de vida.

No tiene concepto alguno de espacio personal ni de respeto a la privacidad ajena. Incluso su propio Maestro ha sido víctima de sus constantes acosos.